HAMACAS

Deslizate en la plaza surrealista

viernes, 17 de septiembre de 2010

El lugar

Los puentes siguen la idea pensada, todo se edifica como miel, lenta y golosamente.

Cuando armamos esa construcción aparecen sonidos perturbadores que no te dejan poner el ladrillo colocado con engrudo. Pero uno sigue, porque siempre hay algo o alguien que te aprolija el relleno de lo generado y los rascacielos que hiciste terminan siendo montañas.

El día que lo conocí me dijo que quería vivir en una ciudad repleta de relieves, dónde lo único que fluye es el ruido de la naturaleza y las voces de los dos. Yo lo seguí, porque sabía que iba a encontrar con él mi verdadero lugar, como si fuera que tengo en mis manos la bola mágica que dice: “vas a vivir un cuento”. Me encanta que seamos los personajes de esta historia que predigo con mis ojos y mi boca, hasta cuando camino por la calle sé que lo sé todo, lo puedo llegar a gritar porque no me fastidia esta soberbia fantástica.

Llegó el momento de sorprenderme con el aire que respiro, beber ese jugo de frutillas que me tomé ayer, dejar mensajes a la gente para unirme a ella y que seamos todos rascacielos irrompibles.

Algo está por llegar, es ese lugar que tanto esperaba, desde que era chica y pensaba que la gente de radio eran títeres que debatían y ponían música. Yo formo parte de ese juego soy una marioneta que se alegra, te discute y te invade de sonidos luminosos para crear la mejor provincia del mundo llamada:

SI SOS TÍTERE MULTICOLOR PREPARATE PARA LO QUE VIENE.

Analía Pérez Portillo

domingo, 22 de agosto de 2010

¿Hormigas o humanos?

En una tapa de yoghurt duermen las hormigas, en el instante menos pensado se despiertan para absorber todo el líquido, sabor a frutilla.

Tienen la medida justa para satisfacer sus necesidades: comida y siesta.
A pesar de sentir lo dulce y cerrar los ojos, siempre sienten que les falta algo: tener los defectos humanos de la crítica y la crisis nerviosa. No pueden hablar, ni trasmitir, solo se mueven de un lado al otro, simulando nervios poco creíbles. Tampoco discuten , solo creen que lo hacen cuando se golpean entre ellas.

En una característica se parecen a los humanos: siempre hay una persona que se enamora de alguna y les regala flores, cuando cumplen el aniversario y se van al cielo.

Cuando forman fila para armar su hormiguero, piensan como alumnos de escuela, el más alto último y el más pequeño es un bicho bolita. Como si fuera que ser pequeño es llamarse de otra manera, pero tener la misma esencia del adulto. A modo explicativo: satisfacemos nuestro ser, vivimos sin querer con el defecto, nos enamoramos cuando abrimos los ojos, los cerramos y pensamos que somos una persona cuando en realidad somos dos en constante cambio.

Analía Pérez Portillo

miércoles, 2 de junio de 2010

En el aire


Ese día me encontraba en un estado de desolación, pensé que no podría comunicarme con la vía láctea. Me trasladé a la masificación de la calle Corrientes, por la que circulaban los llamados ilustrados que narraban un cuento con personajes que circulaban por el teatro San Martín y la 9 de julio, dónde se sentí la puntada del obelisco. Tomé un café en La Giralda y me encontré con unos amigos en Diagonal Norte. Cuando los despedí, volaba acompañada de las estrellas, ellas me saludaban con su guiño y me trasmitían el sentimiento de su posterior soledad. Sentía la sensación de estar borrada del mundo que se alejaba cada vez más cuando doblaba con ligereza las esquinas de una ciudad que se convertía en un universo intacto.
Cuando doble por Callao, recuperé la simpatía que me trasmitieron los peatones.

Analía Pérez Portillo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Nuevos textos:

  • Burbuja y Jarrón
  • Cambio
  • Virus

Analía Pérez Portillo