HAMACAS

Deslizate en la plaza surrealista

sábado, 15 de enero de 2011

Salpicando el sin sentido, Camila caminaba hacia lo finito

Está lloviendo sobre el espacio que siente tristeza. Las gotas golpean con un relleno de litro y medio, pero Camila no se identifica con las lágrimas del colchón. Su cara tiene el apatismo exacto de la nada, sumergida en un camino de árboles hechos al revés.
A sus ojos los vino a buscar el sin sentido, se la llevan.
Su garganta pide la tos seca. El remedio es fantasma y la ahuyenta, pero la enfermedad vuelve: virus, fiebre amarilla, germen.
Epidemia .Camila requiere que su cuerpo se convierta en solvente deteriorado, que su aire se esfume en vientos anulados y que al fin el ambiente quede intoxicado.
El aire frío entra por el costado de la ventana, mientras el silencio le pide que se vaya.

Analía Pérez Portillo

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